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JIMINY SELF-HELP HANDBOOK 17
El pensamiento creativo es la capacidad de establecer nuevas conexiones entre las cosas o de
considerar algo de una manera nueva, con una mente abierta y receptiva para hacer las cosas con un
nuevo enfoque. Para practicar el pensamiento creativo, resultan estimulantes las aportaciones de
diferentes fuentes, ya sea de libros, plataformas online, experiencias pasadas, modelos de conducta,
modelos de negocio o simplemente la capacidad de observación para percibir patrones que no son
obvios.
Fuente: https://unsplash.com/photos/1_CMoFsPfso
El pensamiento creativo no es algo con lo que algunas personas nazcan de forma inherente. Pero
cualquiera puede desarrollar y alimentar el pensamiento creativo, y hay formas que pueden ayudar a
potenciarlo, especialmente tratando de ser más:
• Analítico: antes de pensar o hacer algo, el proceso de creatividad empieza por comprenderlo.
Examinando cuidadosamente las cosas y su contexto, obtenemos el bagaje necesario para explorar
diferentes opciones de forma creativa
• Apertura de mente - el intento de ver las cosas como la primera vez. Este es uno de los principios
de la fotografía, y nos ayuda a tener una mirada fresca incluso en cosas que hemos visto antes. Al
dejar de lado las suposiciones, el proceso creativo fluye más fácilmente
• Organizado: aunque las personas creativas tienen fama de no ser tan organizadas, la organización
es necesaria en el proceso de pensamiento creativo. Como en todo proceso, hay que dar pasos
hacia el siguiente nivel y otros para entender una idea, y la organización ayuda a ello
• Buen comunicador: la gente entenderá y apreciará una idea creativa si se comunica con eficacia.
La clave para ello son unas sólidas habilidades de comunicación escrita y oral. La capacidad de
escuchar es también muy importante en este proceso.
• Flexible: la flexibilidad ayuda a ver algo desde un ángulo o punto de vista diferente y, por tanto, es
una de las piedras angulares del pensamiento creativo.